mar. 19, 2024
El tercer martes de marzo se celebra el Día Mundial del Trabajo Social. Esta fecha conmemora el compromiso, la contribución y el trabajo de los y las profesionales como conocedores/as de primera mano de la realidad social y líderes del cambio para promover el ejercicio de los derechos entre las personas, los grupos sociales y las comunidades. Este día también pone un especial énfasis en las personas vulnerables y en el riesgo social, además de apoyar y crear oportunidades en los procesos de cambio o de crisis, con el fin de facilitar la cohesión social y aumentar el bienestar desde la perspectiva de derechos humanos.
El Trabajo Social centra su acción en ofrecer apoyo y protección a los miembros más vulnerables de la comunidad mediante el desarrollo de acciones de orientación y ayuda que aseguren la consecución de unas condiciones de vida digna. Además, trabaja en la detección y anticipación de las necesidades socioeducativas individuales, grupales y comunitarias.
Debido a los cambios que existen en la demografía, la dinámica y la diversidad sociocultural, muy marcada por el progresivo envejecimiento, tanto la OMS como las Naciones Unidas apuestan por cambiar nuestra forma de ver la edad y el envejecimiento. Ambas instituciones alertan de que la población que supera los 65 años crece a un ritmo tan acelerado que, quizás, no estemos preparados, por lo que es más necesaria que nunca la integración y estructuración de la participación social de las personas mayores.
Esta situación también nos interpela como profesionales del Trabajo Social, puesto que forma parte de nuestro trabajo cuidar a nuestras personas mayores.
Nos encontramos con que las personas mayores sufren o pueden sufrir aislamiento, soledad no deseada, abusos e, incluso, maltrato. Nuestro deber, como colectivo profesional, es intentar prevenir, alertar y denunciar todas estas problemáticas.
Nos preocupa la situación y evolución de los recursos y el tratamiento que actualmente están recibiendo las personas mayores, por lo que es necesario pedir un incremento en el esfuerzo por desplegar y adoptar los recursos que puedan favorecer una autonomía real de la persona.
Atender, acompañar y cuidar de las personas mayores que nos rodean no es una cuestión que corresponda solo a sus familiares, sino que la ciudadanía en general y las administraciones en particular también deben desempeñar un rol importante. Tienen que aglutinar estrategias y poner en marcha actuaciones con los recursos necesarios y la estructura más pertinente para obtener una visión integral de los problemas de las personas mayores y una adecuada y cuidadosa Atención Centrada en la Persona.
Desde el Trabajo Social, desarrollamos una tarea, a veces invisible, que engloba, entre otras, tres acciones: intentar mantener a las personas en sus domicilios con un buen plan de trabajo de atención domiciliaria; hacer más comunitario el servicio de atención domiciliaria; y buscar agilizar los trámites para ahorrar tiempo, angustias y sufrimientos a las personas afectadas y sus familias.
Como sociedad estamos obligados a intentarlo. Intentar cuidar y acompañar a las personas mayores, potenciando un envejecimiento con sentido y una atención integral. Se necesitan más campañas de sensibilización y prevención para mejorar el trato (evitando estereotipos, edadismo, etc.), y más políticas sociales basadas en principios éticos (independencia, equidad, dignidad, participación, etc.), siempre desde una visión transversal e intergeneracional de la realidad que viven nuestras personas mayores.
Esta nueva situación requiere una intervención social encaminada a construir una mirada cada vez más universal e inclusiva, capaz de identificar y abordar unas necesidades y capacidades específicas. Los Servicios Sociales, cada vez más colapsados, pueden dar respuesta a algunas de estas situaciones, pero debe existir un enfoque comunitario y transversal en las políticas públicas, que además de invertir en recursos, sean capaces de generar estructuras de relación interpersonal, y que a su vez, también contribuyan a que las personas puedan dar respuesta a sus necesidades.