nov. 16, 2022

Aunque no suele aparecer en las noticias ni incidir en la opinión pública de la misma manera que lo hacen otras causas de muerte, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) es la tercera que más defunciones provoca en todo el mundo. Y es que si la pandemia de la COVID-19, que cambió el mundo y nuestras vidas en muchos aspectos, ha dejado un total de 6 millones de muertos en dos años y medio; la EPOC dejó más de tres tan solo en 2019.

En España, el impacto de la EPOC es también enorme, situándose como la cuarta causa de muerte, solo por debajo de la cardiopatía isquémica, el Alzheimer y otras demencias, y el ictus; y por encima del cáncer de pulmón.

Alto infradiagnóstico

Uno de los factores que contribuyen a esta alta mortalidad es el elevado infradiagnóstico que existe en la sociedad española. Según el estudio EPISCAN II este es del 75 %, situándose por encima del 80 % en el caso de las mujeres. La Asociación Española de Pacientes con EPOC apunta que este alto infradiagnóstico, especialmente entre el género femenino, se debe a factores como “el bajo conocimiento de la enfermedad por parte de las mujeres, la mala caracterización clínica, o un déficit asistencial por parte de los y las profesionales sanitarios, que han considerado en muchos casos como poco sospechosa la presencia de síntomas propios de la enfermedad en las mujeres, retrasando el diagnóstico de manera involuntaria”, entre otros.

Y es que hay que recordar que los pacientes crónicos se encuentran en una situación difícil en el ámbito de la Atención Primaria, y más después de la pandemia de la COVID-19. Así se apunta desde la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), la cual recuerda que los pacientes crónicos suponen una elevada proporción del total de pacientes. De hecho, el 49,3 % de hombres y el 59,1 % de mujeres de más de 14 años tienen alguna enfermedad o problema de salud crónico percibido.

Esta situación complica la evolución de estos pacientes, cuya patología requiere un buen control clínico, tal y como se expuso en el XXVIII Congreso de la SEMG, donde se especificó que este control debe tener dos premisas: estabilidad clínica, es decir, ausencia de empeoramiento; y bajo impacto clínico, que permite, además, seleccionar el tratamiento más eficaz.

La salud digital, clave en la adherencia al tratamiento

Y, precisamente, es en estas premisas en las que las soluciones de salud digital pueden ser un gran aliado para los pacientes con EPOC. Así quedó expuesto en unas jornadas organizadas por la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), en la que varios profesionales destacaron que la telemedicina es eficaz para “el buen control del paciente, valorar y ajustar la adherencia al tratamiento e incluso en la priorización del perfil del paciente que va a ser atendido en las consultas especializadas”.

La experiencia del proyecto telEPOC

Un caso real que también evidencia los beneficios de la salud digital en el tratamiento de la EPOC es el proyecto telEPOC llevado a cabo por el Hospital Galdakao (Vizcaya) y Tunstall, el cual consiguió reducir los ingresos hospitalarios relacionados con esta enfermedad en un 11 %. También se logró reducir el número de reingresos y el número de días de estancia en el hospital para aquellos pacientes que terminaron ingresando. Con la adjudicación por parte de Osakidezta-Servicio Vasco de Salud a Tunstall de la licitación de provisión de servicios tecnológicos de telemonitorización para la gestión remota de personas con EPOC e Insuficiencia Cardíaca (IC), la compañía espera seguir contribuyendo a incrementar estos beneficios que la telemedicina aporta tanto a los pacientes como a los y las profesionales sanitarios.

Dichas reducciones tanto de ingresos como de días de estancia hospitalaria gracias al proyecto telEPOC muestran otra de las ventajas que la telemedicina aporta a la EPOC: la reducción de costes. Y es que más allá de los resultados de este proyecto, son muchos los y las profesionales de neumología de distintos hospitales españoles que se han pronunciado en este sentido, destacando que el uso de soluciones de salud digital supone una mayor eficiencia a la hora de reorganizar los recursos y una mayor efectividad de los costes a largo plazo.

Y en un momento en el que la brecha digital es un problema que cada vez afecta a más personas, no es nada menospreciable el índice de satisfacción acerca de la simpleza y la utilidad de las soluciones de Tunstall en el proyecto telEPOC; ya que hasta un 92,2 % de los pacientes afirmaron encontrarse mejor gracias al programa y a un 95,3 % les pareció sencillo el uso de la tecnología.